Quienquiera que alguna vez haya usado aplicaciones de citas sabe que son lo más parecido a un zoológico virtual. Y no solo en el sentido tan ocurrente como machirulo patentado por mi amigo y excumpa de la facultad Javitus, quien decía nunca haber jugado al Pokemón Go porque él “para coleccionar bichos” ya usaba Tinder.
El prode de la copa
Nadie hablaba aún del cambio climático. Pero fuese por la sensación térmica o el caldo hormonal, ese diciembre de principio de década marcaba cuarenta grados a la sombra constantes. Por eso, la mayoría de nuestras salidas grupales diurnas terminaban o en el recién inaugurado Unicenter Shopping o bien en una casa, amuchados alrededor del aire acondicionado.
Ser gordos hoy (y mañana también)
Yo limpiaba con pan el tuco del fondo del plato mientras lo escuchaba monologar a Marito, mi compadre. Por supuesto, todo esto fue previo a que él decida cortar por lo sano, una expresión bastante literal si nos referimos al hacerse un bypass gástrico. Antes de que adelgace y empiece a aburrirme con lecciones de alimentación saludable, nuestras comidas juntos eran mitines de militancia obesa.